
de Petros Markaris
1ª edición en colección Ardanzas enero 2008
2ªedición en colección Maxi febrero 2010
Traducido por Ersi Marina Samará Spiliotopulu (2007)
(c) 1995 by Diógenes Verlag Ag Zúrich (salvo para la lengua griega)
Edit. Tusquets Editores SA
Después de "El accionista mayoritario", un nuevo caso del Comisario Kostas Jaritos, peleándose siempre con el tráfico de Atenas, con peculiares amigos que le ayudarán a comprender mejor sus casos.
No es un policía refinado como el de Donna León, Kostas es de la vieja usanza, que quisiera ser un poco "caimán" pero lleva la profesión en la sangre y no puede.
En esta novela llegué hasta el final, hasta la página 327, me gusta el estilo de este autor, como avanza en el caso aportando siempre un dato más que hace que el interés en la trama permanezca.
En esta nueva aventura me sorprendió:
- La calificación de los albaneses como ciudadanos de segunda clase. Recuerdo algo parecido cuando estuve en la Republica Dominicana, los autóctonos llamaban a los vecinos con desprecio: "negro, ahitiano".
- Esa degradación del matrimonio de Jaritos, quizás fruto de tantos años de convivencia, quizás de la monotonía. A pesar de todo es un matrimonio muy unido y probablemente "a la antigua".
- En el segundo asesinato, llama mucho la atención el personaje de Yanna Karayorgui. Cómo tiene que luchar para sobresalir en su profesión, tildándola falsamente de lesbiana, una trepa que utilizó para ello incluso el sexo, y audaz. Quizás si fuera un hombre se vería con otros calificativos como "hecho a sí mismo", "con empuje", "con recursos". Aunque un calificativo que compartirían es "sin escrúpulos".
- Me sorprendió el Jefe de Jaritos, ese si que sabe.
- El factor aduanero.
Como aspectos negativos es que la novela podría haber sido un poco más corta, y sobre todo el final, me desilusionó, no me pareció un final con la calidad en que se estaba desarrollando la historia, fue un final un tanto forzado.